Educación y Cultura

Mi vecina escribe...'Un viaje con Olivia' por Antonia Saracho

11 de Agosto de 2022. 12:09 - Antonia Saracho
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'Un viaje con Olivia' es el relato que llega en esta ocasión a la sección 'Mi vecin@ escribe' y que nos muestra cómo los niños pueden contagiarnos su forma de ver y disfrutar del mundo a través de la imaginación y la fantasía. Esta es la manera en la que su autora, Antonia Saracho, que trabaja en Majadahonda desde hace 15 años, comparte con los lectores su pasión por las letras y el maravilloso mundo de la escritura. 

UN VIAJE CON OLIVIA

Mientras esperábamos a que llegara nuestro coche, decidimos jugar a buscar animales en las nubes. Vi un conejo, una jirafa y lo más parecido a un elefante. Olivia vio unos caballos.                                                                                                                                              

—¡Mira tía, cuántos caballos! —Yo, por más que miraba al cielo, no los veía.                                                            

—Si tía, vienen por la carretera, ¿los ves?— baje la mirada y, para mi sorpresa, vi cómo se dirigían hacia nosotras seis caballos blancos tirando de un carruaje dorado.                                                                            

Era impresionante la belleza de los animales. Se pararon junto a nosotras y una hermosa dama, con el cabello ondulado y de un color cobrizo, nos guiño el ojo y nos invitó a subir. Yo estaba alucinada y mi sobrina no paraba de dar saltos de alegría. Estaba tan emocionada que me repetía sin parar: ¡sube, sube!

Dentro del carruaje todo estaba lleno de almohadones y cojines de colores, era como entrar en un palacio con ruedas.                                                                 

—¿Somos princesas? —me dijo Olivia.

—Por supuesto, somos lo que queramos ser.    

Durante el viaje, Olivia no paraba de hablar. Estaba tan eufórica que mezclaba palabras y sonidos a la vez. Le dije que se tranquilizara, que el viaje era largo y debíamos dormir un rato.

—¿Dormir? No tía, yo no estoy cansada. Soy una princesa y las princesas no se cansan nunca. 

¡Madre mía! Que viaje me espera, pensé 

Intenté dormir un rato sin mucho éxito. Olivia empezó a hablar en un idioma desconocido y abrí los ojos para ver con quien lo hacía. Me quedé paralizada cuando descubrí que charlaba con un unicornio sentado frente a nosotras. No daba crédito a lo que veía y oía: mi sobrina mantenían una conversación fluida, riéndose y haciendo gestos divertidos. Decidí entonces hablar con el unicornio. No sabía cómo expresarme y opte por hacer ruidos. Él unicornio me miro con cara extraña y esperó a que yo terminara de hacer todos los sonidos que me iban saliendo por la boca para decirme:

—¿Has terminado ya? 

Y yo, con cara de boba, le dije que sí.

—Me llamo Rumbo y soy el unicornio del destino. Yo ya sé quién eres tú, me lo ha dicho Olivia: su tía preferida. 

—¡Hola! —fue lo único que pude decir. 

Estaba tan sorprendida de hablar con él que las palabras se me quedaban atascadas en la garganta.

Olivia me dijo: —tía, es mi amigo y, si tú quieres, también puede ser amigo tuyo. 

—¡Claro que si cariño! Rumbo ahora también es mi amigo.

Los tres hablábamos sin parar. ¿Qué viajes habíamos hecho?, ¿qué nos gustaba llevar cuando viajamos? Rumbo nos contó historias de sus aventuras con otros niños y nos dijo que le gustaría que los adultos disfrutaran más de los viajes, que sintieran el sol en sus caras, el viento en la piel y el olor de la lluvia. Que los mayores habían dejado de sentir, que solo se preocupaban de llegar rápido y, tan rápido llegaban, que se perdían muchas cosas por el camino.

Mientras tanto transcurría el tiempo y, cuando nos quisimos dar cuenta, ya habíamos llegado. Rumbo se despidió de nosotras y me dijo que no me olvidara de sentir y disfrutar. Yo asentí. Olivia le dio un abrazo muy fuerte, tan fuerte que casi lo ahoga. No quería que se fuera, y yo tampoco.

Bajamos del carruaje y la dama con el cabello cobrizo nos indicó que teníamos que seguir el camino andando para llegar a nuestro destino y que solo podíamos pisar las baldosas amarillas.

Como era complicado decidí coger a Olivia a caballito y así poder saltar con más facilidad. Entre baldosa y baldosa nos daba un ataque de risa, disfrutando de cada movimiento, y, cuando llegamos por fin a la puerta, baje a Olivia al suelo y ella me dijo:

—Tía, me lo he pasado genial contigo. 

—Y yo más, cariño. Contigo consigo ver hasta los unicornios. TE QUIERO.    

 

Mi vecin@ escribe

Cada dos semanas la sección #MiVecinoEscribe publica el mejor relato de entre todos los escritos por los alumnos del Taller de escritura creativa impartido por la escritora, referente del género negro en España, Mónica Rouanet. Puedes leer todos los retalos publicados hasta la fecha aquí.

Si quieres obtener más información ó inscribirte al taller de escritura creativa puedes hacerlo aquí.

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