Educación y Cultura
Summercase 2007, así lo vivimos.
18 de Julio de 2007. 21:41
- InfoBoadilla.com
El festival venía creando dudas y polémica entre los vecinos ya desde el año pasado... el ruido, la limpieza, la organización... Una vez celebrada la primera edición y con los ánimos más calmados, vuelve a celebrarse Summercase en nuestro municipio. Cada uno tendrá su opinión, nuestra intención es transmitiros, de la forma más objetiva posible, cómo lo vivimos desde dentro.
El festival venía creando dudas y polémica entre los vecinos ya desde el año pasado... el ruido, la limpieza, la organización... Una vez celebrada la primera edición y con los ánimos más calmados, vuelve a celebrarse Summercase en nuestro municipio. Cada uno tendrá su opinión, nuestra intención es transmitiros, de la forma más objetiva posible, cómo lo vivimos desde dentro.
Llegamos pronto con la intención de recoger nuestras acreditaciones. Los asistentes más tempraneros descansan en grupos sobre la hierba de la mediana, a la espera de que abran las puertas. Aunque la presencia policial es evidente, su labor es más de organización del tráfico que de control de los asistentes. También a la entrada del recinto una carpa de la Cruz Roja, por lo que pudiera pasar.
Entramos, recogemos nuestras acreditaciones en la zona de prensa. Una vez en el recinto vemos cómo la gente va entrando tranquilamente por las puertas habilitadas. ¿Los asistentes? en su mayoría, gente joven, unos 24 años de edad media (no está permitida la entrada a menores de edad). Lejos de los temores de los vecinos, muchos de los asistentes son jóvenes de Boadilla y de municipios cercanos, además de otros muchos, que tampoco parecen tener ganas de causar problemas.
El recinto se compone de dos grandes escenarios al aire libre, donde tocarán los grupos cabeza de cartel, dos carpas, numerosas casetas de venta (comida y bebida, música, merchandising...), área VIP, área refrescante (zona ajardinada y vapor de agua, de agradecer) y una caseta-ropero. Muy bien pensados están los puntos de luz para facilitar el encuentro. La organización ha habilitado baños portátiles, suficientes como para no tener que esperar demasiada cola, y se mantienen todo lo limpios que pueden estar en un evento de estas características.
Las primeras actuaciones se desarrollan en ambiente tranquilo, sin grandes tumultos de gente. Cuando cae la noche, los escenarios empiezan a llenarse, entre concierto y concierto la gente aprovecha para descansar, sentados sobre las lonas frente a los escenarios esperan a que empiece el siguiente grupo.
Los grandes triunfadores del festival: Kaiser Chiefs, Scissor Sisters, Arcade Fire, que consigue el lleno absoluto, y se hace materialmente imposible cruzar el recinto de una a otra zona. Pj Harvey, magnífica, ofreció una de las mejores actuaciones del festival, superando sus problemas técnicos con una templanza que el público supo reconocer.
A partir de las 4 de la madrugada empezamos a ver vehículos de limpieza del Ayuntamiento de Boadilla en el interior del recinto, que comienzan recogiendo la gran cantidad de vasos que se han acumulado en el suelo. Este servicio merece una mención especial, por su gran eficacia, a las nueve de la mañana de los días siguientes no vemos ni rastro de la presencia del Summercase.
La salida, se produce sin demasiados problemas. En la calle Miguel Ángel Cantero Oliva, frente a la zona comercial, los autobuses de línea recogen a los asistentes. Las filas son larguísimas, y cada autobús sale completo. Aún con todo, los autobuses llegan continuamente y no esperamos más de 25 minutos (todo un logro si lo comparamos con las frecuencias de paso habituales).
Una gran parte de los asistentes se dirige hacia el parking especialmente habilitado para el evento. Toda la zona está vigilada por Policía Municipal y Guardia Civil realizando controles de alcoholemia.
A modo de resumen
Lo mejor: las actuaciones, el disfrute de los asistentes, la eficacia de la organización.
Lo peor: el suelo empedrado, el calor en el interior de las carpas.
Llegamos pronto con la intención de recoger nuestras acreditaciones. Los asistentes más tempraneros descansan en grupos sobre la hierba de la mediana, a la espera de que abran las puertas. Aunque la presencia policial es evidente, su labor es más de organización del tráfico que de control de los asistentes. También a la entrada del recinto una carpa de la Cruz Roja, por lo que pudiera pasar.
Entramos, recogemos nuestras acreditaciones en la zona de prensa. Una vez en el recinto vemos cómo la gente va entrando tranquilamente por las puertas habilitadas. ¿Los asistentes? en su mayoría, gente joven, unos 24 años de edad media (no está permitida la entrada a menores de edad). Lejos de los temores de los vecinos, muchos de los asistentes son jóvenes de Boadilla y de municipios cercanos, además de otros muchos, que tampoco parecen tener ganas de causar problemas.
El recinto se compone de dos grandes escenarios al aire libre, donde tocarán los grupos cabeza de cartel, dos carpas, numerosas casetas de venta (comida y bebida, música, merchandising...), área VIP, área refrescante (zona ajardinada y vapor de agua, de agradecer) y una caseta-ropero. Muy bien pensados están los puntos de luz para facilitar el encuentro. La organización ha habilitado baños portátiles, suficientes como para no tener que esperar demasiada cola, y se mantienen todo lo limpios que pueden estar en un evento de estas características.
Las primeras actuaciones se desarrollan en ambiente tranquilo, sin grandes tumultos de gente. Cuando cae la noche, los escenarios empiezan a llenarse, entre concierto y concierto la gente aprovecha para descansar, sentados sobre las lonas frente a los escenarios esperan a que empiece el siguiente grupo.
Los grandes triunfadores del festival: Kaiser Chiefs, Scissor Sisters, Arcade Fire, que consigue el lleno absoluto, y se hace materialmente imposible cruzar el recinto de una a otra zona. Pj Harvey, magnífica, ofreció una de las mejores actuaciones del festival, superando sus problemas técnicos con una templanza que el público supo reconocer.
A partir de las 4 de la madrugada empezamos a ver vehículos de limpieza del Ayuntamiento de Boadilla en el interior del recinto, que comienzan recogiendo la gran cantidad de vasos que se han acumulado en el suelo. Este servicio merece una mención especial, por su gran eficacia, a las nueve de la mañana de los días siguientes no vemos ni rastro de la presencia del Summercase.
La salida, se produce sin demasiados problemas. En la calle Miguel Ángel Cantero Oliva, frente a la zona comercial, los autobuses de línea recogen a los asistentes. Las filas son larguísimas, y cada autobús sale completo. Aún con todo, los autobuses llegan continuamente y no esperamos más de 25 minutos (todo un logro si lo comparamos con las frecuencias de paso habituales).
Una gran parte de los asistentes se dirige hacia el parking especialmente habilitado para el evento. Toda la zona está vigilada por Policía Municipal y Guardia Civil realizando controles de alcoholemia.
A modo de resumen
Lo mejor: las actuaciones, el disfrute de los asistentes, la eficacia de la organización.
Lo peor: el suelo empedrado, el calor en el interior de las carpas.
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