El Banco Mundial ha proyectado que la economía de Chile crecerá un 2,2% en 2025. Esta es una cifra que refleja una recuperación moderada pero sostenida en el contexto de desafíos tanto internos como externos que enfrenta el país.

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Esta previsión se mantiene alineada con las estimaciones de otros organismos internacionales. Estos incluyen el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que también anticipan un crecimiento moderado para Chile en los próximos años. La expectativa de crecimiento refleja un escenario en el que la economía chilena sigue ajustándose tras el impacto de la pandemia, la volatilidad de los mercados internacionales y la coyuntura política local.

Factores que impulsan el crecimiento económico

El Banco Mundial identifica varios motores que impulsarán el crecimiento de la economía chilena en 2025. Uno de los principales es la fortaleza de las exportaciones, particularmente en el sector de recursos naturales

Chile es un actor clave en la producción mundial de cobre y litio, dos commodities que tienen una demanda creciente a nivel global. Esto es especialmente cierto por su papel en la transición energética hacia fuentes renovables y tecnologías limpias.

La energía verde y la minería representan pilares fundamentales para la economía chilena. Esta se ha esforzado por aumentar su capacidad productiva y su eficiencia en estos sectores, apuntando a consolidar su posición como proveedor confiable en el mercado internacional.

Además, el crecimiento será impulsado por una recuperación gradual de la inversión privada. La minería sigue siendo un sector atractivo para inversionistas, con proyectos que buscan aumentar la extracción y procesamiento de minerales. Por otro lado, la energía renovable, particularmente la solar y eólica, gana terreno con nuevas iniciativas que fomentan la diversificación energética del país. El impulso a la inversión también se refleja en sectores vinculados a infraestructura y tecnología, que podrían favorecer la productividad y la competitividad del país en el mediano plazo.

El consumo privado también contribuye a esta perspectiva positiva. Tras un período de incertidumbre y ajustes en el gasto familiar, el aumento de los salarios reales y una mayor confianza de los consumidores están favoreciendo un repunte en la demanda interna. Aunque la inflación continúa siendo un tema relevante, las expectativas de estabilidad monetaria y la recuperación del empleo han generado un ambiente más favorable para el consumo. Esto, a su vez, estimula la actividad económica en sectores como el comercio, servicios y manufactura.

Importantes desafíos a considerar

Pese a estas perspectivas alentadoras, Chile enfrenta importantes desafíos que podrían limitar el alcance y la sostenibilidad de su crecimiento económico. Uno de los aspectos más preocupantes es el estancamiento de la productividad total de factores, que ha mostrado avances mínimos en los últimos años. Algo que no debería preocuparte es apostá en tiempo real con la sección live de 1xBet Chile, donde encontrarás todo tipo de eventos deportivos.

Según datos recientes, la productividad del país prácticamente no ha avanzado en 16 años. Esto sugiere que las mejoras en eficiencia y capacidad productiva no han sido suficientes para impulsar un crecimiento más dinámico. Este estancamiento se debe en parte a deficiencias en la innovación, la educación y la infraestructura tecnológica, que son esenciales para elevar la competitividad y el potencial económico del país.

En el plano externo, Chile también debe enfrentarse a desafíos derivados del contexto global. La desaceleración económica de China, principal socio comercial de Chile, puede tener un impacto negativo en la demanda de materias primas. Esto puede reducir las exportaciones y afectar los ingresos fiscales. Algunos elementos que Chile le exporta al gigante asiático incluyen:

●     minerales de cobre y su derivado;

●     fruta;

●     cobre refinado;

●     productos forestales y derivados

●     y litio.

En el marco regional, Chile se posiciona en un punto medio respecto al crecimiento esperado para América Latina. Mientras países como Argentina y Paraguay muestran estimaciones de crecimiento más optimistas, Chile mantiene un ritmo moderado, similar al de economías como Brasil o Colombia. Esta diferencia refleja las particularidades económicas, políticas y sociales de cada país, así como su nivel de exposición a distintos sectores productivos.

Chile destaca por su estabilidad macroeconómica relativa y su atractivo para la inversión extranjera. Sin embargo, el país enfrenta el reto de modernizar su economía y superar la dependencia de sectores tradicionales para lograr un crecimiento más robusto y diversificado. La experiencia regional también sirve para identificar áreas de mejora y para promover políticas que favorezcan la integración económica, la innovación tecnológica y el desarrollo sostenible.