QUERCUS 9 AÑOS DE EXPERIENCIA

Intentaré ser lo menos extensa posible en mis 9 años de experiencia con el Quercus para que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones, las mías finales son francamente horrorosas. El niño entró con 2,5 cinco años a estudiar al Quercus, en ese momento detectan que ¡¡tiene un retraso de 4 meses con respecto al resto!!! (en aquel momento me pareció de lo más profesional, ahora a día de hoy os digo que aceptarlo fue uno de mis peores errores), empiezan las sesiones de logopeda que no conseguiremos quitarnos de encima hasta el cambio de colegio. En 1º y 2º de primaria dimos con una profesora que utilizaba el "auto castigo", es decir, los niños elegían el "castigo" que querían que se les impusiera, total, como al mío no le gustaba pintar, se pasó sin pintar buena parte de los dos cursos. A comienzos del siguiente curso ya hay ciertas actitudes que me hacen pensar que los niños de "aprobadillo simple" no son muy bien aceptados, pero mantengo una reunión con la dirección de aquellos momentos dónde, por supuesto, me niegan la mayor y decido continuar. En 3º cambiamos de tutor en el 2º trimestre y tuvimos la GRAN SUERTE, de dar con una profesora como la copa de un pino, una profesional de los pies a la cabeza, totalmente involucrada con sus alumnos, esto es lo que hace que piense que en los dos cursos anteriores tuve una percepción negativa y no era real (¡¡error, es una única persona la que hace que esa percepción cambie, no el colegio). En 5º de primaria, último curso que mi hijo hizo en el Quercus, ya fue la gota que colmó el vaso..., el niño pasó del "aprobadillo" al suspenso directo, para que esto no ocurriera decidí meterle presión desde casa (que era lo que el colegio exigía) sin darme cuenta que convertí la vida DE UN NIÑO DE 10 AÑOS en un auténtico CALVARIO, durante algunos meses NADIE en su vida le decía que hacía algo bien. A mediados del 2º trimestre decidí que no podíamos seguir con aquella presión, el niño ya tenía la autoestima por los suelos y yo como adulta era la que tenía que tomar las decisiones que, a su vez, fueron muy sencillas, CAMBIO DE COLEGIO INMEDIATO y aunque dolía REPETIR CURSO y “sorpresa” cuando bajé la guardia, él empezó a contar… Me enteré que en un examen en el que había sacado un 1,5, su tutor, le había hecho ponerse de pie y decirlo en alto, le pregunté si lo hicieron todos los de la clase que habían suspendido y me dijo que sólo a él, (sacad vuestras propias conclusiones…). En una reunión con su tutor, me dejó bien claro que mi hijo y otro más eran los únicos que no se sabían los triángulos de un total de ciento y pico niños, ¡¡me lo repitió hasta la saciedad!!, esto me demostró que si conmigo era capaz de ser así, lo que mi hijo me estaba contando era ¡¡totalmente cierto!!. Me enteré que no aprobaba ni música porque durante todo 3º de primaria le cambiaron la música por las clases de logopedia (¡vaya por Dios para una cosa que se le daba excelente!). Me enteré que había llorado muchas veces en la clase extra escolar a la que iba (baloncesto!!) Un día me vino con dos golpes en la cara, uno en cada mejilla, él me dijo que se había caído y se había golpeado con un mueble, cuándo realmente la lectura que hicimos todos los que le rodean es que le habían dado en un lado y al caerse, efectivamente, se había golpeado con el mueble, esto fue un viernes, TONTA DE MÍ no saqué fotos y me limité a llamar al colegio y hacerle el comentario a su tutor en lugar de ponerlo por escrito, bien, pues TRES SEMANAS DESPUÉS, recibo una llamada del tutor y cuál fue mi SORPRESA que se pasó 15 minutos hablándome de las malas notas de mi hijo y cuándo me iba a colgar, le pregunté por lo de los golpes y el muy cretino, me dijo que YA LO HABÍA HABLADO CON EL NIÑO Y LE HABÍA DICHO QUE SE HABÍA CAÍDO, ¡¡¡toma ya!!!. Cada vez que intenté ponerme en contacto con el colegio para solucionar el tema de los estudios, recibía a poco la respuesta de “ese es tu problema”, pedí cuadernillos para ir estudiando en casa, NO HABÍA, pedí colaboración por parte del tutor para enterarme de lo que iban dando, NO LA RECIBÍ y una multitud de etcéteras en los que no tengo intención de entrar porque esto se convertiría en un libro. Cómo habrían dejado la autoestima del niño, que en la jornada de puertas abiertas del Hélade, casualmente, el niño estuvo hablando en el patio 10 minutos con una de las logopedas del centro y al salir del centro nos llamó para decirnos que si no elegíamos su colegio no pasaba nada, pero que lo que teníamos que tener claro era que el niño no podía seguir en el Quercus. Como COLOFÓN del asunto, mantengo una reunión a final de curso con el grupo de logopedas (ese al que no conseguimos soltar en 9 años) y con su tutor y todavía este último me dice que el niño, es un niño FELIZ y que se va a adaptar en cualquier sitio, lo siento, pero ahí estallé y fue cuándo el equipo de logopedas (ese mismo que llegó a ver hasta 4 veces por semana a mi hijo) tuvieron la HUMILDAD de afirmarme que el niño TAMBIÉN HABÍA LLORADO EN LAS CLASES DE LOGOPEDIA. Conseguimos plaza en el Hélade, pero por motivos personales tuvimos que irnos a vivir a otra ciudad, en la actualidad el niño va a un centro público, dónde la educación es POR PROYECTOS (que quiere decir que aprenden todo a nivel práctico no teórico) y estamos encantados, sigue sin ser un niño de sobresalientes, pero su autoestima está creciendo y no dudo en que en algún momento se creerá que él los puede sacar y los sacará, no va al logopeda y en su colegio tampoco lo han requerido y los pocos deberes que mandan para casa (2 veces en semana) los hace encantado. He tardado más de 8 meses en ser capaz de escribir esto porque tenía la necesidad de ponerme en paz conmigo misma para ser lo más objetiva posible y creo que al final lo he conseguido, pero, ahora que viene la temporada de elegir colegio creo que era mi deber. Gracias a los que me habéis dedicado unos minutitos para que os contemos nuestra historia y espero que podáis sacar vuestras propias conclusiones.